jueves, 22 de agosto de 2013

El hastío




Parece ser que los calores están trastocando las cosas este veranito, a lo político me refiero. Tanto en lo local, como en lo nacional y lo internacional. Y es que el mercurio subiendo por la pipeta produce dos reacciones contrapuestas, o eres presa de ese amodorramiento que te obliga a permanecer inactivo o por el contrario se te sube la bilirrubina nublando todo juicio y impeliéndonos a acciones inusitadas, normalmente no muy bien avenidas. 

En la última columna de Guadaíra Información me meto en camisa de once varas, repasando un poco lo que está dando este agosto de sí, y como no, metiéndome un poco con los políticos que parece ser que se está convirtiendo en el pasatiempo nacional. Ya sabes, si quieres seguir leyendo pincha aquí

viernes, 16 de agosto de 2013

Un paseo por Hampstead a la casa de Keats.




Qué tienen en común el futbolista ruso Arshavin, el general De Gaulle, el pintor holandés Mondrian, con el director de Alien Ridley Scott, o los novelistas de cuyas obras más celebérrimas "1984" y "Un mundo feliz"tuve que hacer un trabajo en primero de carrera, Orwell y Huxley respectivamente.

Todos vivieron en Hampstead. Un sitio en donde se pagó la friolera de 50 millones de libras por una mansión.

Un sitio que suena menos que Chelsea porque los ricos de aquí son menos dados a los oropeles. Un lugar de carreteras estrechas, boutiques de pastelitos, mucho ladrillo rojo y árboles por doquier.

Dimos una vuelta y nos pasamos por la casa de Keats, el poeta romántico inglés que como poeta y romántico pues murió joven y de tuberculosis en la ciudad Eterna, pero que parece ser que en la habitación en la que hoy estuvimos compuso lo más vivo de su obra

Un tipo que escribió

"I am certain of nothing but the holiness of the heart's affections, and the truth of imagination"

o para que nos entendamos:


"De nada estoy más seguro que de la pureza del corazón y la verdad de la imaginación"

El acceso vale cinco libras y teniendo en cuenta que el British o la National son gratis puede parecer caro, aunque la entrada es válida para todo un año y en la casa hay recitales, actividades y visitas guiadas de vez en cuando. Quizás valga la pena.

También te puedes dar una vuelta por un pub de pedigrí llamado "The Spanisard Inn" taberna desde la cual el Doctor Van Helsing tomó un carruaje durante el curso de sus investigaciones sobre la misteriosa muerte de Lucy Westenra.

Y si os entra hambre bajando la cuesta de Hampstead High Street hay una crepería mobil ahí casi enterrada en un rincón que debe dar unos crepes que quitan el sentido por la cola de pacientes golosos que los aguardaban, como podéis comprobar en la foto.

Hampstead merece el paseo y si te sobran cincuenta millones seguro que todavía hay alguna que otra mansión disponible.

miércoles, 14 de agosto de 2013

El verdadero motivo por el que los catalanes reivindican la independencia.




Hay referendum por la independencia de Escocia del Reino Unido en el 2014, pero hoy acontece algo mucho más fundamental e importante: un partido de fútbol.

Un partido entre los dos contendientes, un clásico, un Escocia contra Inglaterra.

Y es que levantado, con la mochila al hombro, nada más aterrizar en el centro de Londres he ido observando con cierta extrañeza que el número de hombres con faldas era algo superior a lo habitual. Cuando el vapor del sueño ha ido desapareciendo he comprobado que no eran faldas aquello, sino kilts, o lo que es lo mismo, la falda tradicional a cuadros escocesa.

Y es que ambos equipos revalidaran hoy lo que para muchos historiadores fue el primer partido de fútbol internacional, el que les llevó a enfrentarse en Glasgow el 30 de Noviembre de 1872 con un resultado de empate a cero. Como curiosidad que este primer envite se jugó en un estadio de criquet, el de Hamilton Crescent. También anecdótico que el primer partido internacional se disputara entre dos selecciones que técnicamente conforman el mismo país; pero es que claro, las federaciones inglesas y escocesas son harto más antiguas que la propia FIFA así que no era de recibo decirle a los de las islas, que encima inventaron el fútbol -con permiso de los incas y mayas-, que ahora tendrían que marcar y encajar goles bajo la Union Jack.

Cuatro mil almas fueron las testigos de aquel empate; muchos más y sólo escoceses son los que hoy he visto congregarse en Trafalgar Square, con sus cánticos, banderas, bufandas, faldas y colores. Y como que desde mi viaje a Escocia éstos me caen muy bien, casi que me han entrado ganas de sumarme a gritar con ellos y cagarme en los ingleses y todo lo inglés.

Luego he caído de lo impropio de tal arrebato, puesto que sería como si al observar una congregación de catalanes en Sol, con sus señeras, castells, butifarras y colores me hubiera unido a ellos para cagarme en los españoles y lo español.

Y claro, yo me siento muy español: alcalareño, sevillano, andaluz, español, europeo y humano... esos son mis círculos concéntricos que utilizo como una baraja y así con quién me encuentre saco la identidad que más congenie; es por eso que para mí la última es la más importante, la que me hermana con todos.

No sé, yo creo que aquí en las islas llevan con mucha más naturalidad eso de la identidades y los nacionalismos; como prueba es que ellos van a poder votar si siguen o se apean. Así que a lo mejor los políticos de Madrid que tanto miedo le tienen al referendum y a la expresión democrática del pueblo deberían darse una vuelta por aquí y ver cómo los escoceses se plantan en todo el centro de Londres colapsando el tráfico sin que se produzca ningún altercado ni escándalo público y sin que un puñado de políticos echen espumarajos por la boca.

Aunque a la postre, lo que yo de verdad sospecho, es que todo este negocio de la independencia no es más que una excusa, una cortina de humo para ocultar el verdadero objetivo, el verdadero deseo, que no es otro que poder disfrutar de una selección propia de fútbol, quién sabe si ganar un europeo o un mundial, porque como todo el mundo sabe y parafraseando a Bill Shankly, antiguo entrenador del Liverpool, no es que el fútbol sea una cuestión de vida o muerte, es que es algo mucho, mucho más importante que eso.


jueves, 8 de agosto de 2013

La peor plaga del verano





El verano ya está aquí. Ahora es cuando se ponen a prueba esas dietas con o sin agua caliente o las horas invertidas en el gimnasio y en las clases de pumping bumking triking salting idioting. Y el verano trae la ralentización a la que “la caló” obliga, por Alcalá ya estáis 40º y aquí en Londres por sorpresa llevamos más de una semana rozando la barrera psicológica de los 30º. Pensaréis, “¡bah! ¡Eso no es nada!” Pues es mucho, el calor aquí se sufre que no veas. Por lo pronto no existe el aire acondicionado, así que se recurre al vetusto ventilador, y no hay azoteas, o patios o terrazas donde descansar los huesos a la fresquita; por no mentar que los edificios están ideados para conservar el calor y no para repelerlo. Pero no me voy a quejar, los Londinenses, por eso de parecerse al resto de la raza humana, viene a protestar por aquello que hasta hace unos días reclamaban; todo el día quejándonos de que ausencia de sol y ya más de uno aquí está levantando la voz contra la deserción de las sempiternas lluvias y los lóbregos cielos encapotados...
De qué hablare en este artículo, de insectos, de venganzas bíblicas o de una entidad que cada verano, particularmente, viene a derramarse por la ciudad en la que vivo... para descubrirlo, pincha aquí. 

martes, 6 de agosto de 2013

Un garbeo por Gante




Hace un tiempito estos amigos se mudaron a Bélgica, a la parte flamenca, allí donde hablan holandés, el país de las papas fritas.

Ya se les debía una visitilla, y no es que me hiciera de rogar, es que el año está siendo algo más ajetreado de lo esperado.

Además de verlos y que me enseñasen su mundo, es que yo quería estar un rato con ella. La Martita, mi vecina, mi amiga.

También me tope con la hermana, la pequeña, la que hasta hace ná era una niña; y la tía está ahí que lo va a romper en Barcelona.

Me gustó comprobar que el Dani sigue igual de "grande" que siempre, y aunque no le llevara un "pato" sabe que se lo pagaré con una pinta, más pronto que tarde.

Y descubrí con placer a sus amigos, aunque me faltan un par importantes, me fui de allí con la confirmación de la regla de que la güena gente se aglutinan allí donde vayan.

Fueron un puñado de días guapos, determinados por una primera noche como las de antes, de juerga total y recogida al alba. Y luego vinieron paseos, charlas con cervecitas, olvidos en un restaurante Griego, mucho helado y para culminar, gazpacho, tortilla española y empanada argentina.

Así me volví en el tren, con una sonrisa que todavía no se ha borrado, porque uno sabe y con los años aún más, que amigos así son el verdadero tesoro.

Martita, gracias, como siempre.