Primrose Hill es el típico parque londinense, pero con una característica especial: hill.
Osea, colina. En medio del parque hay un promontorio, leve loma, desdes la cual ves todo Londres desplegado ante tí.
Alli decidieron mis compis de Akari celebrar la despedida de Mishima (tuenti one), Misako, Soju y Ayumi.
Hubo una leve llovizna, esto es Londres, así que tuvimos que cambiar la colina por el refugio de un arbol (evidentemente no había tormenta)
La cuestión es que estos compis se marcha. Se van a una tierra muy lejana.
Fue especial y bonito, hubo comida (tortilla española incluida), bebida, juegos de malabares, guitarra, unas pinceladas de fútbol, polaroid, frisbee y un atardecer espectacular.
Les echaré de menos.
Pd: sigo sin ordenador, pero me acaban de llamar que en veinte minutos viene el técnico -cruzo dedos-.
Yesterday akary people and me celebrate the farewell party of Mishima, Misako, Soju y Ayumi. It was in Primrose Hill, a beautiful place where you can see all london.
Seguramente tenga jodidísimo el ordenador. Empiezo a pensar que es algo del harware y que por lo tanta mala solución tiene (se calienta demasiado)
Además de que como soy un burro y un impaciente he perdido mucha información en el intento de "restaurarlo". Vamos cosa así como bastantes videos y fotos.
Además de que puestos a lo peor y que tuviera que comprarme un ordenata nuevo, además del gasto de dinero, es que por jodienda aquí en Albión no tienen teclados con eñe (ya sé que puedo configurar el teclado a mi justo, pero joder, es otra jodienda)
Estoy algo así como con un ánimo bajuno y con ganas de refugiarme viendo tres películas seguidas. Que es lo que hacía en mi casa.
Pero claro, no tengo ordenador (y en el salón de mi casa multicompartida, jajaja, pues no estoy yo alone, que es como me gustaría estar)
Ahora mismo siento el calorcito del ordenador en mi regazo y digo... JODER.
Bueno pero a pesar del ánimo de perros, las ganas de romper algo, la impotencia que te entra con los cabroncetes estos, las cero ganas que tengo de mudarme a otra casa, y todo el mal ánimo que ahora mismo galopa como tormenta eléctrica por toda la superficie de mi piel...
A pesar de todo, voy a intentar hacerle caso al cartelito de la foto.
A partir de mañana claro.
Pd: y encima ayer fui a ver España y perdió (un mal día lo tiene cualquiera no obstante). Aunque viví una gran anécdota en el metro... teléfono, hermana al otro lado, y un par de abuelas que parecían gallinas de corral. La escribiré para cuando el ordenador me permita usarle más de una hora seguida (este u otro ordenador)
La foto la tomé desde el N207 que me lleva a casa cuando salgo tarde de trabajar.
Por qué en rojo.
Joder, porque el ordenador está para tirar cohetes. Una hora para encenderlo. Por lo menos creo que he dado con el problema. Un controlador de la pantalla que no va o que es novísimo para ir, o vete tú a saber que mierda de ceros y unos son los que están jodiéndome la vida en la red.
Así que ahora mismito voy a intentar "restaurarlo a una versión anterior". No sé si funcionará.
A veces me pregunto qué sería de nuestras vidas si tuviéramos un "botón" o la posibilidad de "restaurarla a una versión anterior"
¿A que todos tenéis momentos de esos?
Pues sí, y ahora molaría que dijera que si tuviésemos esa posibilidad no seríamos propiamente humanos, que lo bonito de la vida son sus buenos y malos momentos, los altos y los bajos, lo que hicimos bien y mal, de lo que nos orgullecemos y de lo que nos arrepentimos, lo que quisimos y no pudimos y lo que pudimos y no quisimos y los cien mil clichés que podrían caber aquí...
Mi ordenador falla. Seguramente tendré que formatearlo. Gracia que me hace.
Eso provocará que tenga que tener el blog más descuidado (como habréis comprobado). Gracia que me hace.
Este finde doblo turno, así que me voy a comer unas 22-24 horas entre sábado y domingo. Gracia que me hace.
Tengo que buscar alojamiento nuevo, con lo a gusto que estaba yo en este pisito. Gracia que me hace.
Tengo un buen puñado de correos que contestar y otros que me gustaría escribir, pero no tengo tiempo -ahora por lo menos-. Gracia que me hace.
Entre esos correos quiero hacerle uno especial al Koo, que va pa Sevilla un par de días y quiero dejárselo todo muy masticadito (por cierto, si alguien me recomienda sitios para comer y beber bueno bonito y barato, que no se corte). Gracia que me hace
Desde aquí, la cocina, con la ventana abierta, estoy escuchando un festival de fucking hostile de la que me supongo será la casa de enfrente o del tio de abajo. La he cerrado y se escucha casi igual. Gracia que me hace.
Se estrena el primer documental cuyo proyecto se gestó en S2B y resulta que casi ni nos enteramos. Gracia que me hace.
Así que con este buen ánimo, os dejo esa foto... la hice en New Cross.
No sé ni que carajo quería escribir, y la vi y no sé por qué sonreí.
Espero que os produzca el mismo efecto.
Y por supuesto si algún día tengo que hacer un transfer de money lo hare con Wonda -que tiene pinta de ser muy eficiente el negocio-.
Antes de venir a London toda una variopinta fauna de personas, desde las que habían pasado aquí tres días, hasta las que habían vivido por años, incluso las que jamás habían pisado londres, me advirtieron que conocer a proper Londoners iba a ser una tarea complicada.
Además había que tener en cuenta también los impedimentos propios para poder llegar a conocer a Londoners: mi parvulito nivel de inglés (que ahora va por primaria, no más).
Yo, entonces, creí que esas opiniones eran fruto más que nada de los prejuicios y de un cierto desconocimiento del terreno. En la capital de Inglaterra como no se iba a conocer a Londinenses?
Pues no, no se conocen.
Si te lo curras un poco puedes conocer a británicos o de los satélites británicos que hay por el mundo y que hablan un perfecto inglés. Escoceses, Sudafricanos, australianos, islas Mauricio, etc...
Pero lo que es gente nacida y criada en Londres muy poca, poca, poquísima.
Además suelen ser un poquito cerradicos, de círculos ya hechos donde es muy dificil acceder (a pesar del nivel de inglés que poseas)
Así que va a ser cierto la leyenda urbana de que en Londres no hay Londinenses.
Como diría Gadamer, estoy transitando el camino del prejuicio al juicio. Aunque todavía no he llegado. Debo realizar un estudio de campo más profundo.
Ella, la de la foto, es la primera Londoner con la que supero el típico "breve -por no decir efímero, instantáneo, fugaz- encuentro". Fue en un cumpleaños de un amigo, charlamos un ratito y me pareció muy simpática y linda.
Evidentemente se lo dije: eres la primera Londoner que conozco, te hago una foto y te colgaré en el blog.
Pufff... la lista sería interminable y no estoy para listas.
Pero digamos que es un sitio donde encuentras lugares que te venden libros sufíes y te cortan el pelo... así que te puedes ir despidiéndote de tu cabello mientras lees algo de Algazel.
Por lo demás Londres es una ciudad como otra cualquiera.
Gracias David y (fuente de nuevo) por hacérmelo llegar.
Disfrutarlo.
Por cicerto, yo siempre aborrecí los post-it y los subrayadores... sobre todo cuando iba a una biblioteca a estudiar y me sentaba al lado de alguien -generalmente alguna- que estudiaba pedagogía y parecía que había asaltado a mano armada una papeleria. A uno se le quedaba cara de tonto cuando veía que tenía su libro, apuntes o fotocopias y un sólo y triste lapicero.
No tengo elementos de juicio para valorar. Pero quizás con los tiempos que corren en un mundo perfecto de inexistencias la huelga sería para que aquellos que se forran con el metro se forrasen menos -resulta que hay un colectivo selecto que cobran algo más de 100.000 libras anuales, y otro aún más selecto que ronda los 250.000, aunque las fuentes no son del todo fiables,jajaja- y con ese extra de dinero hacer muchas cosas, desde donárselos a las ongs, montar un tinglado humanista/pacifista porque no se fian de las ongs, o repartirlo entre los que recogen las colillas con tenazas que me da a mí que son los que menos cobran entre los profesionales del subterraneo -aunque ahora que pienso, colillas pocas porque no se puede fumar; ok, los que rocgen papelillos varios-. Todo esto dando por hecho que los trabajadores del metro de Londres no deben pasarlas muy canutas que digamos, pero claro, pongo esta última frase en suspenso porque "realmente" no lo sé.
No fuí el único que aguantó algún inconveniente temporal a causa de ello. Volvemos a la fuente.
Pero eso sí, este mediodía me lo pasé grabando las imágenes.
Como decían los estoicos. Si tiene solución, ¿por qué te preocupas? y si no tiene solución ¿por qué preocupas?
Fueron tres buses y tres horas -más o menos- y como pudísteis ver las bolsas de plástico empujadas por el viento iban más rápido que los buses alternativos.
Y como decía alguien que no me acuerdo:
MAÑANA MÁS (osea, ya hoy)
Pd: por cierto, fuente, espero que sea de su agrado que esta vez esté de actualidad.
He dormido con un gato, sali de fiesta a un lugar triste, vi como mi hermana brillaba, comi de lo lindo, achuché a mis padres, me regalaron unas gafas, hablé pero sobre todo escuché mucho de metereología y geografía para luego finalmente acabar en política, me enteré de lo de la paridad dolar-peso, conducí un carro de la compra minúsculo, comí un asado argentino (entero yo no, por supuesto), "manejé" un coche que embraga como el culo, me bebí un beefeater preparado con mimo, calcé cholas, me contaron chistes que sabía, me diero a probar "Pueblo" un excelente tabaco de liar, prometí mandarle a alguien un top-hits del blog, acaricié a Sombra, me prestaron calcetines, vi una nube sobre el mar, me bañé, me quemé y tomé gazpacho, regalé un búho, conocí a un Pucelano, tapé a uno que se dormía, me despertó una embarazada llamando a la puerta en una casa nueva, me quedé con ganas de ir a la Miñoca (aunque al final NO TENÍA GANAS), oí algo en euskera, escuché una guitarra electrica sin amplificador, fuimos a votar -bueno, yo no-, no hice ni un día la cama y oí historias de México, leí el periódico, vi un corto excepcional del que todavía espero el link, pagué cinco euros por una Heineken y pedí unas birras en inglés, me llevé algunos discos y una camiseta, fui a un rescate con un bidón de gasolina, me divertí, mucho, y desayuné croissants...
Fueron cuatro dias mágicos con "ellos".
Pd: a los isleños, a ver si la próxima vez me lleváis a Órsola.
Segundamente: yo soy más de Sainsbury (entre otras cosas porque es el super que tengo más cerca y aunque más carete ya sabéis lo vaguete que soy y totá pa ahorrarse un pound por compra, pues no gasto energías inutilmente)
Sí, muy bonito esto de tunear contenedores y que parezcan la vaca que ríe... pero no veas.
En Londres no hay contenedores realmente, muy pocos, por muy tuneados que los veáis, el puto camión de la basura pasa sólo una vez por semana, no puedes dejar la basura en la calle porque hay zorros que te rebuscan las sobras y lo dejan todo perdido... etc, etc, etc.
Cuando vas a una tienda a comprar un regalo y no encuentras el regalo siempre te puedes encontrar con una pseudomoqueta con el plano de Londres y señalar donde vives con el dedo, que queda muy chulo.
Eso es Lothair Road, South Ealing, London.
Lo que está justo debajo de mi mano es Gunnesbury Park (a qué es grande)
Y ya sé que eso de hacerse autopublicidad y autolinkearse no es elegante... pero que queréis que os diga... si no me marketinizo yo, quién lo hará?
En el metro de Londres hay músicos, o buskers (músicos callejeros)... como en todos los metros. Lo que pasa que aquí hay que pasar un casting y tener licencia.
Éste es un artículo muy interesante que cuenta más.
En Washington incluso hicieron un experimento; pillaron a uno de los violinistas más prestigiosos del mundo, un tal Joshua Bell y con vaqueros, camisa y violincito de tres millones de euros le pusieron a tocar. La gente pasó de largo tal cual. Ahí lo podéis ver
De entre cientos o miles de viandantes, sólo una chica le reconoció porque unos dias antes había pagado una salvajada por verlo en un sitio de postín (que por cierto, que pena que en el video no se viera la cara de gilipollas que se le debió quedar, a pesar de la suma cortesía y exquisitez con la que se dirigió al músico)
Esto llenó el mundo blogger, los periódicos, y por supuesto un millar de cadenitas de esas chorras que nos da por enviarnos mutuamente con interesantes reflexiones.
Las que yo pude ver venían a decir que mira que somos cenutrios que no sabemos apreciar las melodías sublimes que exhalan de una herramienta de precisión bajo la dirección de unas manos celestiales, que si no somos capaces de captar la belleza o de que si vamos tan deprisa que nos perdemos memorables momentos por culpa de ellas.
Si, muy bonito.
Pero que pa eso no hay que poner a un violinista con violin de tres millones de euros, las cosas obvias son sumamente mucho más fáciles de demostrar. Incluso quizás ni haga falta que se demuestren.
Además, el metro es popular, es decir, lo que habemos allí somos populachos, y los populachos no somos muy dados a apreciar a Bach (que es lo que tocaba el gacho ese de Joshua Bell). Yo al que más he visto ganar dinero aquí en Londres es a un par de tipos con timbales, porque además de montar mucho ruido, alegran un poco el día a la peña.
Además que la estructura arquitectónica de un metro esta ideada para que la gente caminemos, en orden y siguiento la dirección, no está pensada estructuralmente para que te pares a escuchar. Eso también hay que tenerlo en cuenta.
No obstante, es cierto, solemos ir con muchas prisas. Las prisas impregnan el mundo. Es obvio también.
Yo me quedé con este pallaso, a una china tocando un instrumento ascentral taco raro parecido a un arpa, a otro versionando una canción de Jhonny Cash, vi a uno tocando una pieza del Concierto de Aranjuez, a un papa noel rockero que se metió con mi barba, aspiradoras musicales, incluso de vez en cuando he visto a un ciego que silva mientras mueve su bastón al ritmo.
Y la verdad no me he parado mucho a contemplarlos o a deleitarme con ellos.
Me hubiera gustado.
Y por supuesto que fliparía si pudiera ir a un concierto del tal Joshua Bell, pero aquí va otra obviedad: desgraciadamente hay cosas que no son accesibles para todos los bolsillos... o que no te gustan tanto como para sacrificarte en otras cosas.
En definitiva, a mi lo del Joshua este me pareció una idiotez, una manera de que algunos lumbreras (lumbreras del Washington Post, que fueron los que planearon el brillante juego) se dijeran a si mismos: mirad al populacho, no saben apreciar la música, que borregos son. Al final es mantener un status quo, dejemos al Bell este en los Carnegie Hall, las Bibliotecas del Congreso, los Liceo, y demás salas de concierto y teatros para que la gente con limusinas vayan en smoking a verlos, que a mi me parecen mucho más graciosos los payasos en el metro (por cierto, aquí había puesto payaso con elle, sí, había puesto pallaso...)
Y somos igual de idiotas al no pararnos unos segunditos a verlos, de pararnos unos segunditos en general, para apreciar las cosas supongo, somos igual de cenutrios si pasamos de largo tanto con el Joshua como con el payaso, la diferencia está en que el Joshua no creo que vuelva a repetir la experiencia y el payaso estará ahí ganándose el pan todos los días y por supuesto que el juego disfrazado de experimento sociológico fue mundialmente célebre y famoso mientras que el payasete es un ser completamente anónimo.
