viernes, 31 de diciembre de 2010
Echoes of the rainbow
Nada más llegar a casa me encuentro un paquete. El matasellos es de Hong Kong.
En su interior una tarjeta de felicitación navideña y una película.
"Echoes of the rainbow"
Una película taiwanesa que ni siquiera tiene un sólo voto en el Filmaffinity (a día de hoy y a esta hora, si pincháis en el enlace y resulta que tiene votos, es que los acaban de hacer) y apenas ocho en el IMDB, es decir, que no ha entrado en el circuito europeo.
Gracias Kimmi, este es uno de los mejores regalos que a un cinéfilo, que acaba de traerse su colección de 200 películas originales en un par de portadvds que pesan como cinco kilos, se le puede hacer.
En cuanto tenga un hueco la veo.
Pd: y gracias Dani y Marta por guardarme, cuidar y disfrutar lo que pudisteis de mis películas.
Yesterday I got a gift from Hong Kong. It´s a movie. Thanks Kimmy, thanks very much, I´m craving to watch it.
jueves, 23 de diciembre de 2010
En Alcalá de los Panaderos
El día empieza como todos, despertándome. Luego un croissant, una colada que recojer y una maleta que hacer. En ordenador ajeno, que el mío no furula, chekeamos que mi vuelo salga y la puta nieve no me joda las vacaciones. Ando diez minutos y me compro en una charity mi libro de vacaciones: One Day de David Nicholls. 2,5 libras. Un libro que ahora todo cristo está leyendo en Londres. Me tomo un doble espresso fumando un cigarrito. Ritual para preparar el viaje. El viaje empieza. Hammersmith hasta Holborn para acabar en Liverpool Station para coger el Stanted Express. Tren que tomo y que me deja en el aeropuerto. Como un Whooper en el Burger King, espero un par de colas y ya ando esperando a que me metan en el avión. Allí hablo con una desconocida sobre libros, Dostoiesvki principalmente. Luego unos simpáticos pueblerinos son mis compañeros de asiento, casi abueletes. Telefoneo a Helena, que es una suertuda y va a poder volar desde Heathrow. Nos deseamos feliz navidad. Los casi abueletes son simpáticos hasta que me quitan el periódico, me despiertan de mi siesta, y NO PARAN DE HABLAR en todo el viaje. Aterrizo. Doy esquinazo a mi madre que me estaba esperando en primera fila porque no soporto a la gente que espera a los suyos en primera fila taponando el correcto fluir de las personas. Besos y abrazos. Llamadas y una cerveza. Conduzco, qué de menos echo conducir. En casa cenamos, tortilla made my ABUELA. La beso y achuco. Voy a mi cuarto, veo que mis libros están más o menos todos ahí. Mi oso de peluche en la cama, detalle freak, tierno y cursi de mi madre. El frigo lleno. Escribo esto y ellas están viendo fama, mi viejo que tiene la barba más blanca ya está dándole al sueño.
Mañana llega mi hermana y mi cuñao. Todos juntos again.
Ya estoy en casa.
Y el día acaba con un Earl Grey. No hay que perder las buenas costumbres.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Diarios de un rodaje. Parte 4.
Laura: comprometida, tenaz, siempre pone sus emociones en cuarentena y sólo después de examinarlas concienzudamente deja que éstas le invadan. Le gusta arreglarse, sentirse guapa, aunque como más cómoda está es en pijama, en casa y con una bata puesta. Es dulce y comprensiva, pero le cuesta perdonar cuando le hacen daño. Siempre le hubiera gustado aficionarse a algún deporte de riesgo aunque es demasiado responsable para hacerlo, eso sí, se ha apostado consiga misma que antes de cumplir los 40 tiene que tirarse de paracaídas. Prefiere la ducha a la bañera y generalmente con agua tibia. Si ve una película, tiene que comer algo de chocolate.
Tom: simpático y encantador. Solitario. Imaginativo. Tom descubrió que no tenía sueños o una gran meta que cumplir en la vida y eso le liberó. Quiere llevar una vida tranquila repleta de pequeños placeres y de vez en cuando vivir alguna aventura alocada. Desde que dejó de fumar, colecciona cajetillas de tabajo, y espera que esa seá la única colección que no abandone en su vida. Es impaciente y se aburre en cuanto las cosas se vuelven demasiado rutinarias. De vez en cuando le gusta darse un baño relajante de agua caliente. Si ve una película, tiene que ser en silencio sepulcral.
Ahí tenéis a Laura y Tom, los protagonistas de nuestro corto. Más o menos esos podrían ser sus perfiles de personajes. Y Dhaunae y Lorenzo son los incautos que se han dejado grabar encarnándolos.
Muchas gracias, por adelantado.
Dhaunae es una amiga blogera a la que ayer por fin conocimos, tras más de un año de lecturas mutuas de nuestros sites. Lorenzo es un chico que no tiene un blog por no sé que rollos de los servidores y las plantillas, la excusa más barata que he oído para no tener un blog.
Quedamos a las 15:30 en Bank. Logramos reunirnos a las 16:02. La nieve no se interpuso y hacía una temperatura agradable de 7 grados.
Teníamos que grabar en el metro. Y eso nos suponía una serie de problemas logísticos que Lorenzo vino a solucionar proponiéndonos grabar en la linea "Waterloo and City". Es una linea que a bote pronto parece absurda, solo va desde Waterloo hasta Bank en un trayecto que dura unos 4 minutos. Osea, una linea que sólo enlaza dos estaciones. Absurdo pero perfecto para nuestro cometido, así que esa tarde de domingo viajamos desde Waterloo hasta Bank y viceversa unas siete veces, en un metro inusitadamente short. Yo creo que los operarios con chaleco naranja reflectante fosforito (espero que estemos todos de acuerdo en que la prenda que llevan los operarios es un chaleco) ya se quedaron con nuestras caras. Y más aún cuando en la última toma del último trayecto, nos sorprendio uno y nos dijo "Ey guys, que el trayecto ha terminado" con esa cara que conjuga la apatía y el aburrimiento que más quería decir "quillos, por que no cojéis la camarita y os vais ya al carajo, que estoy jarto de ver vuestras caras cada ocho minutos". El atrezzo fueron un libro y un par de revistas promocionales que nos encontramos en el mismo vagón. Y en resumen, así pasamos la tarde, entrando y saliendo del metro. En una ocasión incluso nos perdimos. Jorge quería grabar una toma desde fuera, mientras el tren se iba con los personajes dentro. Acordamos que nosotros les esperaríamos a ellos. Pero ellos no llegaron. Así que entendiendo que nos malinterpretamos, Jorge fue en su búsqueda a la otra estación y justo el siguiente tren que arribó fue del que desembarcaron. Ahora era Jorge el que estaba perdido. En todos los rodajes hay imprevistos, y este fue digno para un sketch de los Hermanos Marx. Evidentemente conseguimos reencontrarnos y terminar el rodaje, que vino a alargarse una hora y media, para una escena que no queremos que nos tome más de 30 segundos.
Degustando cervezas y un cranberry juice, intentándolo en el pub Sherlock Holmes, pero acabando en uno al que lo atravesaba una calle por ahí por Charing Cross, me reprocharon que debería haber escrito a los personajes, para que ellos puideran haberse hecho una idea más fina de los mismos. Como incluso a veces doy la razón a los que me reprochan cosas, he ahí mi enmienda y por eso los perfiles que encabezan esta entrada. Luego hablamos un poco de todo, de cine, de convenciones vampíricas, de la eventualidad con la que empleamos la palabra eventualmente, inventamos un nuevo término en castellano: decrepar que viene a significar cuando algo se está quedando obsoleto pero que todavía no lo está completamente, véase la palabra "eventualmente", hablamos de que algunos sueñan con conseguir un trabajo donde puedan dejare barba, hubo una declamación de la leyenda de una cerveza impresa en el vaso de pinta, me corrigieron cien veces ya que me empeñe en decir randerizar en vez de renderizar e intentamos en vano hacernos una fotos con unos que iban disfrazados de gentleman de época victoriana. Tal que ese, que además practicó la pose "besugo alimentándose"
Jorge se marchó a su pueblico y luego con los actores y algunos de sus amigos acabamos en un griego comiendo musaka y un montón de platos con nombres griegos aderezado con un vino "minotauro" e intentando convencer a un alemán de las virtudes de escribir un blog. Creedme, los alemanes son duros de pelar y más de convencer, como el estereotipo dicta; aunque por lo menos no esgrimen excusas baratas para no escribir un blog
En definitiva, eventualmente fue un día de rojade, donde de una vez conocimos a Dhaunae para que nuestra relación no decrepara y nos llevamos la sorpresa de Lorenzo, un alma gótica y según su propia etiqueta "actor frustrado" que lucha para que otros puedan vencer el cancer, y en el que por fin renderizamos (a la inversa) nuestro corto.
Pd: y para actrices guapas, yo me quedo con Ali Macgraw; y un club de lectura de libros de menos de 150 páginas, por favor.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Una de las fotos más repetidas de Londres.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Diarios de un rodaje. Parte 3.
La nieve es como te pille, según tu estado de ánimo. Vamos como todas las cosas. Pero la nieve como algo escepcional, osea, que no ocurre en todos los sitios y no a todas horas, pues tiene ese halo de bondad y belleza. Supongo que por que es de forma algodonada y las estampas que guarda nuestro conscientes son esas postales donde todo es una armonía de placentera calma y dulce porvenir.
Una mierda, la nieve es un puto coñazo. La nieve hace que una ciudad como Londres se colapse (ok, podría estar más preparada, sin duda, pero me importa un carajo, la cuestión es que se colapsa), que las calles se cubran dehielo y te resbales, o gastes treinta minutos en un recorrido en al que habitualmente dedicas diez. La nieve trae mas frío y que te tengas que poner más ropa. La nieve no es blanca, eso parece cuando cae y se posa, es blanca cuando nadie ni nada la toca... pero la nieve es marrón, negra, gris, roja, amarilla y generalmente absorbe toda la mierda que hay a su alrededor. Es mu bonita, mu estética, mu tó... pero es un incordio de la ostia.
En la entrada "Diarios de un Rodaje. Parte 2" decía que "este jueves tenemos la Parte 3" (Que mola eso de citarse a uno mismo, je). A lo que iba... que la "parte 3" se refería a la parte 3 del rodaje. Bien. ¿Es hoy jueves? No, es domingo. NO HUBO PARTE 3. ¿Adivináis?
La puta nieve.
La puta nieve de los cojones que hace que todo bicho viviente que viva en Londres le dedique alguna línea en su facebook diciendo "qué bonita es la nieve", "que me gusta la nieve", "que bien me lo paso en la nieve" o "nieva, precioso" y con sus comentarios pertinentes de: "disfrútala" "qué chuli" o "que me gustaría estar allí contigo para ver como nieva". Iros todos al carajo, con perdón, la nieve es una mala víbora, víbora y venenosa.
La nieve está bien en paises como Finlandia que han sabido com domarla.
Pero aquí la nieve encerró a mi codirector y montador, promotor y amigo, en su pueblo, allá en el condado de Kent. Tan sólo a media hora de Londres, pero millas suficientes para que dos palmos del milagro meteorológico blanco impidan que todo metro o tren circulen. El maño no pudo venir a la capital, no hubo rodaje.
Y no sabéis muy bien lo dificil que es coordinar gente aquí en Londres. Éramos yo, él, un actor y una actriz, para la única escena con personas reales que tenemos. Y creedme, conjuntar a cuatro personas no sólo el mismo día, sino en la misma franja horaria en London es toda una odisea y a veces un imposible. Lo logramos, pero la puta nieve y toda la madre que la parió vino a aparecer, así, en plan "aquí estoy yo" y todo se fue al carajo.
Pero da igual. Seguimos adelante. He ahí la foto del post. En "Diarios de un rodaje. Parte 1" comenté que al proyecto se nos había sumado Aurora. Por encontes no quise ahondar en la naturaleza de su contribución. Ahora sí. Su contribución es ese dibujo y algunos otros que tienen que venir. Es una artistaza y acabdo de recibir su trabajo calentito sólo justo ayer. Miradla, la foto digo, deleitaros y asi comprenderíes lo eufórico que estoy.
Además el dibujo pega con la nieve. Obviamente por la abundancia del blanco y por todo lo bonito que tiene la nieve, por supuesto no por todo lo demás, osea, toda la paliza esta que os he dado sobre que la nieve es un jodido COÑAAAAZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Diarios de un rodaje. Parte 2.
El audio era la segunda parte del rodaje. Veis esa mesa mezclas to profesional, pos pa ná. Vamos que ni nos aclaramos con el micrófono, ni con las mil clavijas y ruletitas, ni con un ordenador que le daba por apagarse cada cinco minutos.
¿Como carajo se quita el eco de los cojones por Dios santo?
La cosa empezó con frío, porque el invierno ya está aquí. Tomé un metro y un tren que me llevaría a un pueblo de Kent: Tunbrigde Wells.
Arribé a eso de las doce y media y fui recogido en un Mercedes Clase: mercedes muy grande y llevado a una casa que hacía esquina en cuyo jardín había una portería, una cama elástica para saltar y un cenicero con forma de concha marina con una superficie de agua helada que no pude utilizar nunca de cenicero.
Tras ser corregida la traducciónd del guion (no por mí claro) empezamos a ensayar y a grabar como al final pudimos, todo después de comer una lentejas a la rusa con salchicas y pan que nos dejaron llenos, saciados y ventosos.
Hubo una interrupción debido a que tuvimos que cambiar el aparcamiento del Mercedes Clase: mercedes muy grande, cosa que hicimos con presteza y audacia y fumando un cigarrito a la vuelta cagándonos en lo dificil que es esto de grabar sonidos, más aún cuando es la propia voz humana.
Yo estaba ahí con los típicos: "hola", "hola", "hola", "si", "uno" "dos", "uno", "sí", "hola", "probando" "probando" moviendo ruletitas a doquier, pulsando botones y el PUTO ECO siempre ahí.
Buscamos ayuda en internet, nos descargamos el manual, visitamos algunos foros, pero nada... el eco se quedó con nosotros hasta que por gracia divina de repente se esfumó para dejar hueco a un ruido de fondo tipo: fffffffffffffffffffffuuuuuu.
La cosa quedó clara: el eco es una mierda, el ffffffffuuuu también, al gato le caí bien, por cierto gato con cameo de contrapunto dramático en nuestra historia, tenemos la voz femenina fichada, a la masculina hay que llevarla al gym y que practique tendidamente, debo unas lentejas a la españolas igual de sanciantes y ventosas... y en definitiva tenemos que darle muchas, muchas, muchas vueltas a como carajo vamos a grabar las voces en off que requieren la historia.
Acabamos como empezamos, con el Mercedes Clase: mercedes muy grande llevándome hacia la estación de Tunbrigde Wells, cogiendo el tren, luego un metro y aterrizando de nuevo en casa. Ese día fueron tres horas y media en trasportes, donde casi leí por completo este libro: Shop Talk, que recomiendo.
Un poco de desánimo, sí, pero los obstáculos hacen las cosas más interesantes. Este jueves tenemos la Parte 3. Será una escena en el metro, la única con actores, y donde un libro tendrá la sartén por el mango.
Por cierto, todavía no tenemos título para el enjendro, pero el guion está terminado (sin tilde ya, por consenso de las 22 Academias de la Lengua Española reunidas en Guadalajara, que se reunen para cosas tan importantes como para quitarle la tilde a guion)
Y ahora mismo voy a coger el link de este post y se lo voy a mandar al amigo Antuan con alguna que otra pregunta. Gracias por adelantado maestro.
Pd: odio el eco. Con todas mis fuerzas, y con perdón, me cago en to su puta madre.
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