Para que veáis su entrada, su banderita...Mariano tenía muchas ganas de verlo. Yo en realidad no tantas, eso sí, la piedra Roseta y los frisos del Partenón.
Indudablemente todos acabaremos asi, como nacimos, fetalmente, pero sin carne. Excepeto claro los que se icineren... esos insolidarios sólo ensuciarán la tierra en vez de alimentarla.
Lo que queda del uniforme de un romano. Vamos a ponernos a lo Lennon... ojalá eso pasase con todos los uniformes del planeta -militares claro, que hay algunos uniformes que alimentan mis mayores fantasías sexuales-. Como diría Lennon "imagine"
Esto no me enteré mu bien... pero no se que tribu utilizaba este truquillo para alejar a posibles maleantes... es una versión trash del espantapájaros.
La piedra Roseta. Vamos... supongo que todos la conoceréis, gracias a ella sabemos que dicen los geroglíficos... pero siempre me asalta la duda de que si el que la talló no era un bromista y se inventó las traducciones. Sería gracioso.
Un homenaje a los cristianos que vean el blog. Ahí está el principio de los principios.
Y esto par que le gusten los gatos. Yo se de una que lo flipa con ellos. Esa sala estaba llena de gatitos... pa los antíguos el gato era un animalejo casi sagrado... no como ahora que los tenemos pa castrarlos, cebarlos y que nos arañen los muebles, colchas y sofás. Y que de vez en cuando cacen unas cucarachas. Pobres gatos... de dioses, a mascotas castradas.
Y ahí pa terminar me tenéis a mi con Pericles... el más famoso de la familia de los Almeócnidas. El tipo que, digamos, hizo de Atenas, Atenas. Le gustaban las artes así que las promocionó, en su epoca brillaron Sófocles y Euripides -de los más grande que dio grecia-, fue colegita de Fidias el gran escultor y se granjeó la amistad de Herodoto, por el cual conocemos grandes pasajes de la antiguedad. Además de eso, ayudó a construir un imperio, y transformó la Liga de Delos en el Imperio griego -el muy truhán-... vivió, se ganó enemigos, luchó, disfrutó, y paso a la historia; además de que un colegita artista le hizo ese busto que no puede dejar de aparecer en todos los manuales de bachillerato de historia y filosofía que se precien.
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