Hace poco he retomado de nuevo la actividad que más veces he abandonado en mi vida. Desde los veintipocos, cuando dejé de darles patadas a un balón, decisión que el mundo balompédico debió vitorear, hasta el día de hoy una media de dos veces al año he empezado, he hecho un planing, establecido una progresión y prometido a mi mismo que esta iba a ser la definitiva. Pasa un mes o dos y me rindo inevitablemente. Mi actividad se circunscribe al sofá, el esfuerzo físico se limita a ir a recoger las palomitas del microondas y así hasta que la curva de la felicidad no me permite atarme bien los cordones, entonces saltan las alarmar y me entra de nuevo el avenate.
Hace poco he descolgado las botas, las de correr, las que me costaron una pasta...
Si te interesa saber más de por qué pienso que eso de correr es una estratagema del capital para qu nos gastemos los ahorros, pincha aquí.