martes, 12 de julio de 2011

Las bicis no son para las noches.



No veas quilla, la ideita que tuvimos el viernes. Volver a casa en bicicleta. Estábamos en Chancery Lane, eran alrededor de las 3:30 y nos dijimos que iba a ser mucho más práctico alquilar una bici de esas que parecen ortopédicas que esperar pacientes a los autobuses nocturnos, que pasan cuando les da la gana. Y ahí que fuimos. Lo primero sería encontrar un embarcadero de bicis y para eso tengo yo mi móvil inteligente que me chivateo uno no muy lejos de dónde estábamos y hacia allí nos encaminamos. Antes claro nos paramos en un subway a comprar un poco de bocadillo sabor a pepinillo -todos en el subway saben a pepinillo- para coger algo de fuerzas para el que aún no sabíamos iba a ser un largo camino de vuelta a casa. Justo terminando el último bocado del bocata, dimos con el primer embarcadero, pero hija, estaba vacío.



Como el David y yo somos de ideas fijas, no desistimos en nuestro empeño y pusimos rumbo hacia el siguiente que me indicaba mi móvil inteligente. Y hasta allí llegamos, con iguales resultado. Y otro, otro y otro y así nos encajamos en Tottenham Court Road hasta que dimos por fin con uno que tenía un puñadito de bicis.

Y manda cojones que a las cuatro de la mañana tengas encima que hacer cola para alquilar las bicis, porque cuando llegamos, había dos tipos con nuestras mismas intenciones y tuvimos que esperar hasta que completaran las doscientas pantallitas que tienes que completar antes de gastarte una libra en alquilar la dichosa bici.

Tras esperar, completar nosotros las doscientas pantallitas, por fin, una hora después de iniciar la aventura, teníamos nuestra bici y ahí que nos pusimos a pedalear. Cruzamos todo Oxford Street y en el primer viraje ya que me meto en contramano, enfrentándome cuál Don Quijote a un gigantesco autobús rojo que venía flechaito hacia mi, pero como hidalgo experimentado, reaccioné a tiempo colándome en el carril correcto antes de que la bestia roja arrollara mis huesos (Mamá, tranquila, no fue tan peligroso, simplemente estoy añadiendo algo de acción)

Y dejando atrás Marble Arch cruzamos todo Hyde Park, llegando a Bayswater, rebasando Notting Hill, bajando por la cuesta hasta High Street Kensington y ahí fue cuando sonó mi alarma. Había puesto una alarma a los 25 minutos ya que a los 30 tienes que dejar la bici si no quieres que te cobren una buena multa. Ahí fue cuando le dije al David que teníamos que encontrar un aparcamiento y rapidito.

¿Y a que no sabes qué?

Que tuvimos el problema a la inversa.



Todos los embarcaderos de bicis llenos, repletos, a rebosar. Y la alarma de mi móvil, suena que te suena. Deshicimos camino y tras tres o cuatro llenos, por fin dimos con uno con un par de postes libres. Ya llevábamos 45 minutos con la bici, así que llamé a un teléfono, para explicarles que habíamos rebasado el tiempo porque no encontrábamos aparcamiento libre y que no era culpa nuestra que hubiéramos rebasado el tiempo reglamentario, y que por lo tanto no nos cobrasen la multa; pues imaginate, quilla, explicar esto a las cinco y media de la mañana, to quemao tras el periplo en bici, y con el sabor a pepinillo del bocadillo de subway repitiéndose en mi estómago, a un tipo que se acabaría de tomar el café o té, porque era inglés, y ponerse el pinganillo, y tener que deletrear tu nombre y repetirlo siete veces, y acabar diciendo Alfa, Lima, Victoria, Alfa, Romeo, Oxford para que el tipo pillara que me llamo Álvaro y luego va y meto la pata diciéndole mi número de teléfono mal, y a todo esto el David partiéndose el culo, no de mí, que de por sí ya merecía unas risas, sino de dos -más colgados que nosotros- que estaban bailando en medio de la calle. Claro, el David se reía y a mi me pegaba la risa, con lo que el tipo del pinganillo de detrás del teléfono se estaba ya mosqueando. Cuando tras mucho Tangos, Ecos, Alfas y Limas le di todos mis datos y colgué, eran alrededor de las seis de la mañana y todavía no habíamos llegado a casa.

En la parada del bus, al final tuvimos que esperar bus nocturno, aunque ya fuera de día, porque el sol estaba naciendo, tal y como ves en la foto que encabeza el post, nos fumamos un cigarrito.

Tuvimos la suerte que no llegó muy tarde con lo que al final arribamos en casa a eso de las 6:30. La próxima vez no creo que volvamos a coger la bici, vamos, seguro... fue una infidelidad pasajera. Y nada, tomamos un té y me metí en el sobre, con dolor de piernas, y el pepinillo todavía repitiéndose, unas tres horas después de que decidiéramos volver a casa.

Natalia, esto es lo que me hubiera gustado contarte el sábado pasado, justo cuando llegase al trabajo, a eso de las ocho, después de darte un fuerte abrazo. Pero los dos sabemos por qué no pudo ser. Y aquí que te lo escribo, en mi Moleskine, para que veas que no es la tuya la única que trabaja. Y el abrazo, lo dejamos para otro rato, pero ese será todavia, si cabe, mucho mas fuerte.

Y que te sirva de consejo, para que cuando vuelvas a London, ni se te ocurra coger una bici por la noche.

Niña, sigue así, igual de valiente.

Y ahora te dejo con los dos colgados esos, que bailando a las tantas, hicieron que el David se riese, yo por ende y que el del pinganillo de detrás del teléfono se cabrease.

bailando from calvanki on Vimeo.




Last Friday I went back home by bike. It was a hell, first at all because we spent an hour to find the damn bike, second at all because when we arrived we could not find a place to park the damn bike... We spent around 3 hours to get back home. At night, keep rely on buses, bikes are not an alternative, they are a hell... but funny. And them we saw those two guys dancing in the middle of the street, jejejeje. With all, a bit surrealist night.

3 comentarios:

Guirilandia dijo...

Pero que móvil inteligente ni que niño muerto si te dije yo donde tenías que coger la bici!

Por cierto cuando llegas a una estación y está llena, metes los datos en el poste y te dan 15 minutos extra. Para otra vez, ya lo sabes...

Calvanki dijo...

Gracias chavá, pero que sepa que sus indicaciones no valieron un pimiento!!!

Manuel dijo...

Buena entrada. Supongo que como dice tu amigo, en Londres será igual q en Sevilla y solo tienes que acreditarte en el poste con las bicis ocupadas para que te den 15 minutos más.
Así que nada, muy divertido, pero muy torpe.