domingo, 28 de noviembre de 2010

Robin Hood también hubiera esperado esas seis horas de cola

Hoy he visto por fin Robin Hood, la última adaptación de las peripecias del foragido más famoso de la historia, rodada bajo la batuta de Ridley Scott. Está graciosa, quizás un pelín larga y liosa, pero no aburre y eso ya es demasiado en este tipo de grandes y engalanadas producciones.

Evidentemente no escribo esto porque ahora me quiera dedicar a hacer crítica cinematográfica, eso lo hacen otros con mucho mejor tino y pluma.

No, lo que pasa es que esta peli tiene un puntito nostálgico. Hace ya un año y medio o así que fuimos a una cola que duró seis horas para el casting de la susodicha peli. Y que conste que al final los tres fuimos requeridos para hacer de espadachines, arqueros o lacayos, pero ya nos pilló con otras ocupaciones laborales mucho más interesantes.

Lo importante de esa cola fue que conocimos a Paloma y a Anibal (de hecho está grabado el puro instante donde nos encontramos) y que con ellos fundamos amistad y gracias a la cual conocimos también a Helena, una de nuestras "fijas" en Londinium, así como a ese loco escocés del Duncan que más de una vez nos ha echado una mano, sin olvidarnos de Natalia, una fugaz presencia pero que se consolida con los likes y comentarios del facebook. Gracias a esa cola, un día jugué a policias y ladrones en casa de Guillerno, con algo de vino si mal no recuerdo.

Y no voy a seguir concatenando, que las hebras del tiempo son muy caprichosas y no me quiero poner nostálgico.

Ahí os dejo este revival, por si queréis echarle un vistazo.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Horas como hojas en otoño.

Como las hojas en otoño caen las horas que pasamos juntos.

Nuestros horas fueron un sigilo, casi un espasmo. Mis manos me preguntan por qué ya no alcanzan los trazados de tu piel, mis ojos exigen la ruta hacia tu rostro, los labios se me quiebran porque extraviaron el refugio donde para siempre se plegaron.

Nuestras horas juntos caen como las hojas en otoño porque fueron susurros que nada sustentaron.

Horas crujientes en un relieve de imposibles destinos. Hojas que ahora el viento barre descuidándolas en algún otro rincón.

¿Qué puedo hacer yo ante tu rotundo no?

Imaginarte en cada chica que veo detrás de una ventana.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Diarios de un rodaje. Parte 1.



Va y Jorge me dice:

-Illo, ¿por qué no hacemos un corto ya de una puta vez?

Jorge es maño, pero como ser humano que es no puede resistirse al "illo" y ya lo ha adoptado como propio.

Así que nos hemos puesto manos a la obra.

Hacía tiempo que habíamos hablado de una historia y en la semana pasada por fin la plasmamos en papel. Y este sábado comenzó el rodaje.

Quedamos a las doce, doce y media en la estación de Waterloo. Necesitábamos una localización de exteriores en una estación. Y en Waterloo están los andenes abandonados del Eurostart. No nos dejaron grabar, obviamente. En el par de sitios donde preguntamos se nos puso sobre la mesa un futuro embrollo de papeleos y permisos y total para un minuto, minuto y medio que teníamos que grabar, pues que como que nos la aviamos con la estación de Waterloo sin problemas, grabando algo agazapados no fuera que alguno de las docena de policías que por allí purulalan nos cortaran el rodaje.

Recojimos los bártulos, es decir, guardamos la minicámara Hd Sony en la mochila y a otro sitio.

Nos quedaba la librería, el restaurante, el probador y el banco.

Cerca de Saint Paul acababan de abrir un centro comercial del que Jorge hacía no mucho había dado cuenta en su blog, el One New Change. Y allí matamos tres pájaros de un tiro. Me compré un gorro porque hacía frío, andaba medio resfriado y las orejas se me estaban congelando, de color gris, feo pero barato; grabamos en una librería y capturamos el probador... aunque con esta última localización no estamos muy contentos, ni la localización ni con la escena en sí, lo más probable es que no aparezca en el montaje final. Pero bueno, ahora es el momento de acaparar todo el material posible para luego meter las tijeras. Ahora es el momento: "No limits"

Subimos en ascensor a la terraza y he de deciros que son unas vistas que merecen la pena de Londres, por bonitas y baratas.

Con el gorro, la librería y los probadores era hora de grabar el banco.

Primero grabamos un banco que encontramos por casualidad. Pero para la toma que queríamos nos teníamos que subir a un árbol. Sin la indumentaria adecuada para la escalada de árboles para un rodaje amateur, sin la indumentaria y admitiéndolo, la edad, pues nos conformamos con un par de tomas y fuimos en busca de una localización mejor. El sitio perfecto: iglesia abandonada y medio derruida en pleno corazón de la City. Y allí estaba el banco, las hojas escarlata y amarillas del otoño recién acabado, y una paz perfecta para ejecutar nuestra toma. A los diez minutos de aquel sábado donde la city es una ciudad fantasma, en aquella iglesia que nadie conoce, va y se presentan cuarenta turistacos, uno detrás de otro, con sus mochilitas, cámaras y ganas de invadirlo todo, a tocar los cojones, jodiéndosenos de nuevo nuestro milimétrico y cartesiano plan de rodaje.

Había una tercera opción. Un banco en el Southbank que yo recordaba que había grabado casi dos años atrás cuando fui por allí con la Susana, el Mariano y la Chiara. Pero antes de alcanzarlo teníamos otros menesteres que solucionar: mear, comer e ir a comprobar si el monumento al Artista Desconocido de verdad se movía.

El monumento al Artista Desconocido no se mueve.

Cerca de la Torre de Londres entramos en un sitio donde publicitaban "Tradicional Fresh Fish and Chips" por cuatro pavos. Al final fue una cheeseburger a cinco y me hice yo cargo de la cuenta para equilibrar los gastos de la adquisión de un libro, fundamental, en edición francesa, que debemos comprar y que digamos que tendrá mucha importancia en la trama de este pequeño y humilde corto.

Comimos, meamos, y reanudamos camino hacia el banco que yo recordaba haber grabado. Sería pefecto, estaba orillado, la tarde estaba cayendo, la luz podría ser perfecta, el Tower Brigde de fondo... pero las bicicletas se habían tragado al banco. Es decir, el servicio público de bicicletas londinenses había ocupado el lugar donde otrora estaban los bancos, y allí descansaban pues una docena de bicis en sus anclajes, esperando que algún londoner hiciese uso de ellas.

Nada, desistimos. Había que seguir con el plan preestablecido y alcanzar el Akari, japo donde solía trabajar, para la escena en el restaurante antes de que fuera muy tarde y estuviese muy busy haciendo imposible los encuadres que queríamos lograr. Un poco de bus, un poco de metro y en Angel nos esperaba David y con él nos presentamos en el 196 de Essex Road a degustar algo de Aigamo Rosu (pato), Karamiso Yakiniku (ternera), Gindara (bacalao) y un helado (de judías rojas), celebrado con la mejor cerveza japonesa: Kirin. No sin antes haber grabado una toma improvisada en un mercadillo callejero de antiguedades que puede sustituir a la denostada escena de la librería que tan poco nos gusta.

Terminamos los platos, sacamos la miniSony, grabamos, recogimos y nos las piramos.

Allí coincidí con Monna, el batería de Bo Ningen, que acaban de sacar su primer disco que podéis adquirir aquí.. Y escuchar ahí abajo.

Find more artists like BO NINGEN at Myspace Music




Le comenté a Monna si nos cederían alguna de sus canciones en caso de que nos gustase alguna para incluirla en el corto. Tuvimos un sí por respuesta y con ese sí dimos por concluido el día de rodaje.

Y tras una dura jornada de imprevistos y pateos, era el momento del merecido asueto. , así que nos fuimos al Knightrider, pub donde vimos a España ganar el Mundial y nos tomamos la última pinta mientras el staff se entretenía viendo Factor X que aquel día estaba dedicado a los Beatles. Allí hicimos un par de apuestas, por fin David entendió que solo es cuatro o cinco centímetros más alto que yo y no diez como suele pregonar por ahí y anduvimos como media hora intentando dar con el título para el engendro que estamos pariendo.

No dimos con él. Jorge regresó al pueblo, el David y yo vimos como el Madrid le pegaba una paliza al Atletic y luego me las piré a una fiesta en Finsbury Park donde acabé durmiendo en el suelo (con moqueta, of course), pero contratando al tipo que nos va a hacer la soundtrack -siempre y cuando decidamos incluir soundtrack- que no es sino el Pelosío, un romano que además de compañero es músico.

Y hoy se ha sumado Aurora. No puedo desvelar su cometido, porque su cometido ya daría muchas pistas. Pero desde aquí, cien y cien veces gracias bonita.

Y más o menos así se desenvolvió este primer día de rodaje. Yo, por supuesto, acabé resfriado del todo y creo que he perdido el gorro feo y gris. Y lo peor, amenazamos con volver.

Jorge and me are shooting a short movie. We have started last Saturday. It was cool but sometimes hard, because it´s very diferent the stuff that you have in your mind and the stuff that you can shoot then. I don´t know, maybe in a couple of weeks we will be able to finish it. And it is in english, Jorge is translating the screenplay. We are not gonna win a Oscar but at least we had some fun.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Yellow Bird y otras historias de Barcelona.

Ruth Y Marco son una pareja que conocí en Helsinki. Y allí entre risas, un par de cervezas y algo de carne (supongo que de Alce) ella me comentó que tenía un libro que seguro que me gustaría. Y que me lo iba a mandar.

A uno la experiencia vital le ha enseñado a no ilusionarse mucho con este tipo de compromisos porque sabe que la mayoría de las veces no se cumplen.

Pues esta vez no fue una de esa mayoría.

Aquí lo tengo, en casa, recién abierto.



Y dispuesto a leerlo ya.

Algo de vino, un par de cigarros, una buena lectura, una película quizás más tarde. Noche perfecta de viernes.

Gracias Ruth y Marco, y como vos dirías MUCHOS BICOS.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Anna Germani.



Es una chica italiana que medio he conocido hoy. Compartí con ella alrededor de unas tres horas de trabajo.

Fue mi sombra. La tenía que evaluar.

Italiana, con gran sonrisa y ese puntito de ingenuidad lindo de los recién llegados, natal de una ciudad cerca de Roma y que ha venido sólo para aprender inglés y a trabajar porque la cosa está dura en el país de la bota.

Al final de la tarde me preguntaron: ¿Pasa?

Dije que no.

No es enteramente decisión mía, ya que hubo otros a los que interrogaron, pero puede que mi opinión, más quizás otra, fueran las que más pesaron.

Básicamente una absoluta falta de experiencia, un inglés regulero aunque infinitamente mejor que el que yo traje, timidez y bueno, una serie de factores que recorren desde el instinto hasta la observación detallada de cada uno de sus movimientos fueron los que al final dibujaron el "no" en mi cabeza.

Me consuelo pensando que es un ejercicio de responsabilidad, ya que luego sus aptitudes y capacidades o la falta de ellos repercutirán en el trabajo de todos los demás.

No sé, sólo espero haber sido justo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sólo en la noche londinense.

Cuando ya casi todos están acostados, cuando todo duerme, las ciudades se despliegan en sombras.

En la noche la ciudad es otra. Se desintoniza. Un filtro desalinea los contornos de las calles. Los caminos se prolongan y se estrechan, acortan y expanden; la métrica, la medida y los ritmos se derraman. La noche refleja en la ciudad a su fantasma, un gemelo espectral en el que los códigos y reglas se esfuman

La noche tapa, cubre y esconde, te reta y te engaña.

El cobijo aguarda en un ejército de eclipses que vibran a disintas horas y en dispares momentos. Es la noche, sí, pero las dictados de las sombras dejan de imperar. Un club, una fiesta entre amigos, un incendio, una parada de bus abarrotada, un supermercado 24 horas, la construcción de un rascacielos, una gasolinera, son minúculas antorchas que la ciudad siembra para velar por su permanencia. Una ciudad nunca del todo se puede parar.

Y así, puedes cobijarte o simplemente atravesarla. La noche, con todas sus misterios.

Había un vagabundo que atravesaba la calle, y elegía su camino como aquel que no sabe cuál es su destino. Encenció un cigarrillo.

Un sólo pensamiento le cruzaba, y volvió a andar, expoleando cada paso con la misma pregunta. Una pregunta cuya no respuesta le sumía en las tinieblas.

¿Para que coño he existido? ¿Para que coño he existido? ¿Para que coño yo he existido?

Y la pregunta azotaría su mente con un látigo. Como siempre, y era esa pregunta lo que le hacía tambalearse.

El viejo al final, salió de campo y no pude seguir grabándolo.

caminando from calvanki on Vimeo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Crónica de una exposición: Two Hours Before



La cita había sido acordada en Algate East a eso de las seis. Como de costumbre, esto es London, no todos llegaron a su hora.

Tras un breve conato de equivocación, habiendo tomado Commercial Street en vez de Commercial Road, esa manía que tienen los que trabajan poniendo nombres a las calles de sólo cambiarles el apellido, gracias a uno de esos bastiones de información gratuita que son los conserjes de los hoteles, conseguimos desenredar el entuerno y enderezar nuestro rumbo.

Arribamos al 31 de Commercial Road a eso de las 18:32. Entraríamos en la NO:ID Gallery a conocer la exposición fotográfica de Arantxa Alcubierre que llevaba por nombre "Two hours before". Arantxa, tiempo ha, y siguiendo su pasión e instinto pasó algunas tardes con los integrantes del Circo Nacional de Cuba que se habían apeado en su ciudad natal. Ellos le abrieron las puertas de su hogar y ella se dedicó a disparar las postrimerías de cada función, en esas dos horas antes donde los preparativos, nervios y maquillajes protagonizan la escena.

Hubo una buena señal nada más cruzar la puerta, porque en la misma había colgado un cartel con la señora Reina de Inglaterra portando una camiseta o bufanda con el logo de la galería. Un toque punk, porque la Reina de Inglaterra desde los Sex Pistol es un icono punk. Y eso para el que ahora relata, siempre es una buena señal.

La exposición había comenzado con un pequeño inconveniente, un revés provocado por la climatología londinense. La galería se inundó tras uno de esos caprichosos golpes de lluvia. Lo que para los organizadores supuso un engorro y una buena dosis de nervios añadidos se convirtió al final en una suerte de atino, donde el continente y el contenido se plegarían.

Una exposición es todo, cada detalle ha de estar cuidado. No sólo son las fotos, el fragma que se cuelga en una pared. Es la elección de marco, la disposición de las misma, el atrezzo de la sala, son muchos los detalles que han de tenerse en cuenta, para que de todo el conjunto emane, no digo que armonía, sino personalidad. Aquella sala pequeña, punk, al lado de una especie de pastelería/kebak india -que hizo de urinario de la misma, sobradamente utilizado por las Carlings que los organizadores dispusieron generósamente para el público- con el parquet mojado, deslucido y un par de goteras se encarnó como el escenario perfecto para mostrar esas dos horas antes del Circo Cubano. Véase que el Circu Cubano no es el Circo del Sol, con toda su fanfarria y brillantina. El Circo Cubano es un relato de artesanía, de modestos acróbatas, funambulistas y payasos, seguramente maestros en su oficio, pero que han de luchar día a día con los remedos, con las averías, con la falta de medios, combatiéndolos con imaginación, el ahínco y la ilusión. La ilusiónd de todo circense, que no es sino arancar risas, ovaciones, aplausos y sorprender en cada función. Ese es el cuento que me contaron aquellas fotografías. Y la cartografía, el escenario, pequeño y algo cochambroso de la galería no fueron sino el marco perfecto para ese cuento que las fotos susurraban.

Arantxa alternó lo que podíamos denominar fotografrías costumbristas con algunas de mayor calado e intención estética y alguna que otra con una inyección lírica incuestionable. A mi entender quizás esto fue una eleción algo desafortunada, porque en cierto modo agrietaban esa melodía de conjunto que palpitaban toda la exposición. Pero ya sabemos como es esto de exponer, al final tienes que decidirte por unas y descartar otras y hay que tener en cuenta la calidad de las mismas y toda una suerte de factores que al mero espectador no le cabe ni siquiera concebir.

Allí entre risas, con las carlings, hablando de las fotos y paridas se nos ocurrió un término para definir la exposición, un termino que hermana el inglés y el castellano y que a mi entender da perfecta radiografía de lo que te podrías encontrar si te decidieras a ir a visitarla. Cooltre (cool+cutre). Porque es una exposición fresca, guai, que te llega y te pinza las arterias, en la que te adentras en la cotidianidad de esos personajes anónimos que luchan por crear paréntesis de felicidad en nuestras vidas, por la sonrisa de un niño y la nostalgia de un padre. Y por otro también, un Circo y una sala de exposiciones con goteras, con remedos, con sietes en la lona que coser, con juegos malabares que arreglar, con botes de maquillaje que hay que estirar, con ese ímpetu y humildad que albergan aquellos que han de obrar maravillas con escasos medios; en este caso tanto los del circo como la fotógrafa.

Es pues para mí ahí donde radicó la magia de esta exposición, en ese plegamiento entre contenido y continente donde un beat golpea y lo atraviesa todo: autenticidad.

No sé, Londres es una ciudad de largas distancias. Tardas al menos una hora siempre en alcanzar las citas. Así que os propongo que con la amiga, el novio, el colega, la del intercambio de idiomas, la chica que conociste ayer o el maromo que te dio el teléfono la semana pasada, os acerquéis por el 31 de Commerical Road, le dediquéis un rato a impregnaros con esas dos horas antes de cada función. Que no es más que la metáfora de una experiencia vivida por todos, con la diferencia que los del circo la adoptan como su rutina. No os defraudará. Y luego le robáis al tiempo unas pintas, vinos o lo que sea en cualquiera de los locales trendy que hay por la zona.

Nosotros acabamos en un Hindú, peleándonos con una carta interminable y aderezandolo todo con muchos platos con coco y cervezas Cobra.

Fue una inolvidable tarde de jueves. Una de esas que Londres de vez en cuando te regala.

Gracias Arantxa (y staff organizativo, of course) y a seguir en la brecha.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Con Wax a la No:Id Gallery



Como absoluto holgazán en todo lo referente a la estética propia, hace ya mas de ocho años que no uso absolutamente nada para moldear el pelo. Es cierto que hubo algunos conatos breves, dispersos, pero nada relevantes. Y en estos ocho años sólo he estado en peluquerías dos veces. Una de ellas ayer.

A veces sienta bien contradecirse a uno mismo. Supongo que aporta cierta frescura.

Y es por eso que la he liado en gordo hoy en la tienda para comprarme cera, que aquí se llama "Wax". Casi compro un tratamiento para pelos estropeados o yo que sé con estractos de aloe y henna, porque en la etiqueta ponía WAX y palurdo de mí el no poder ni siquiera concebir que WAX es una denominación genérica que alude al "estado" del potinge que te vas a echar en el pelo, en este caso potinge ceroso, y ya puede ser para tratarlo contra la caída, para rejuvenecerlo o moldearlo. Al final di con el que necesitaba, creo. Ya veremos dentro de un rato.

Y para seguir contradiciéndome me metí en una tienda a comprar unos pantalones. TXMax creo que se llama, y es la típica tienda multimarcas con ropa fuera de temporada. Evidentemente no me compré los pantalones pero si un chaleco y unos zapatos que no tengan cordones amarillos cantosos, que son los que ahora tengo.

Y pienso estrenar ambos, más mi wax y mi peinado esta tarde. Ya que en esta evening una amiga de aká, Arantxa, hace su primera exposición fotográfica en London. Va a ser en la No:Id gallery y todos aquellos que queráis podéis disfrutar de su trabajo hasta el 21 de este mes. Se enmarca en el Photomonth que es un festival que organiza más de 200 exposiciones fotográficas a lo largo y ancho de London durante Noviembre.

La foto de este post, obviamente, se la he birlado a esta chiquilla llena de talento y ganas de abrirse paso.

Así que sobre las cuatro y media, contradiciéndome a mi mismo, me pongo mi chaleco nuevo, los cordones no amarillos a los zapatos, me waxeo y me pillo la Distric hasta Algate East.

No os lo perdáis.

I bought today some wax because I wanna be handsome (I know, that is impossible, but at least, I´m gonna try it) because a friend of mine Arantxa is gonna show her photographic work in a exhibition in No:Id Gallery . You can see her pics until 21th of November, and of course, she made that amazing pic above this post.

You should go, for sure.

domingo, 7 de noviembre de 2010

A diez segundos del 8 de Noviembre.



Esta entrada se cuelga a las 23:50 del 7 de Noviembre, justo la cuenta a trás para que a mi padre se le acabe el contrato del teléfono y entre en estado de "portabilidad".

Yo lo celebro.

Los motivos para celebrarlo, tienen que ver con esa noria. Es una cuestión de reiteración. La noria siempre reitera su movimiento, mi padre reitera su indecisión en la elección del modelo y, por supuesto, en el de mantenerme informado puntualmente de cada uno de sus virajes.

Y aunque sea un usuario feliz y satisfecho de Android. Padre: el iphone4

sábado, 6 de noviembre de 2010

Acabo de dejar este comentario...

...en el blog del amigo Jorge.

"Illo, te felicito, no sólo la entrada es la hostia en lo escrito, además el PEAZO!!! video este de los cohones que te has montado. Me has hecho hasta resoplar. MUY BUENO, te superas. Y ya basta de tanto piropo, que todavía no es perfecto, jajajja.

Un abrazo colgao".




See the video, up.

viernes, 5 de noviembre de 2010

24 enlaces.



Dos son los años que llevamos en Londres.

Y con el viaje a Londres comenzó su andanza este blog.

Es harto dificil evaluar estos 24 meses, y además, es harto típico hacerlo en efemérides como esta.

Así que no voy a evaluar nada.

Quizás simplemente decir que ha valido la pena y que lo está valiendo.

"En Londres lo primero que hice fue roncar, y tuvieron que aguantarme sólo alguno desayunos ya que pronto volví a mi mismidad como búho, posamos para fotos e intentamos comprar tabaco de liar, tuvimos nuestros primeros problemas con las traducciones, y nos hicieron mucha gracia las paradas de bus, uno intentó aprender inglés cuando no se entretenía cantando viejas series infantiles, hizo turismo y quedó impresionado, y visitó muchos pubs en los que puso incluso su vida en peligro. A veces uno andó solo, y otras dejó escapar a una bonita chica. Vivimos anécdotas en la puerta de una panadería e intentamos lanzar nuestra carrera hacia el estrellato. En Londres tuve bonitas coincidencias, me visitó mi hermana, y muchos amigos a los que siempre llevé a Brick Lane. Mis padres vinieron y yo de vez en cuando me dejé caer por una fantástica isla. Cociné para un japonés, anduve por muchos sitios vacios, y viví muchas despedidas. Hasta en Londres, un día, degusté comida catalana en un mercadillo. Pero lo que más hice en esta ciudad de nueve millones de habitantes fue sentirme rodeado de unos pocos buenos amigos"

Un abrazo a todos los que, de alguna manera, habéis atravesado en estos dos años mi vida.

PD: soy consciente de que esta entrada es infumable, jajajajaja, 24 enlaces es mucha tela. En realidad ha sido un ejercicio de nostalgia, pasame dos horitas repasando estos dos años a través de este espacio.

I've been in London for two years. Great!!! And because the day that we got London is the same day that Bonfire Night, we have the privilege to celebrate our anniversary with some free fireworks.