jueves, 24 de noviembre de 2011

Cuando los genios ladran.



La mesera abrió la puerta buscando vasos vacíos, pero aún algo de cerveza les quedaba a las pintas. Eras sobre las siete, un lunes 21 de Noviembre, en la terraza trasera de un pub en cuyo letrero de entrada se leía la formula: E = mc2. Un genio de la física ese Einstein y un genio de las letras y la música era al que nos disponíamos a ver en cuanto acabásemos ese buchito de cerveza que impidió a la mesera hacer su trabajo.

Es ese que mal se ve a la derecha de la foto, con un sombrero gris.

Mariano nos advirtió que no esperásemos un derroche de voz, que el hombre con sus setenta tacos pues que hacía lo que podía, y más que cantar ladraba.

Y eso fue exactamente lo que hizo, ladrar. Ladrar a lo rockabilly. Incluso haciendo casi irreconocible "like a rolling stone"

Pero es un genio, un tipo que ha alimentado de música a varias generaciones, susurrado cien historias como la de aquél Huracán al que el racismo, la envidia y los prejuicios encerraron entre rejas, un tipo al que casi matan cuando tomó una guitarra eléctrica, un gachí al que las modas le resbalan, porque él sabe que va siempre unos pasos por delante, un autor que ha sabido sobrevivir a toda una era sin dejar de ser un punto anacrónico. Ahora ladra, pero es un genio, y los genios se les perdona incluso hasta le edad.

Al principio fue Mark Knopfler a lo folk con una banda repleta de buenos músicos, de esos que tocan bien el órgano, la flauta, el violín y un puñado de guitarras raras. Pero la cosa se ponía caliente porque el genio no salía y ya hacía una hora que el señor Knopfler arañaba su stratocaster. Se hizo un poco de rogar pero al final allí se plantó, escorado, sin ocupar el centro, una travesura digna un tipo que sabe que da igual la posición que ocupe porque es él quién lo va a llenar todo.

Y así se desplegaron dos horitas más de música, dónde apenas pude adivinar un par de canciones, con ese cabezón que tenía delante balanceándose al pulso de la música, y la cincuentona al costado a la que le brillaban los ojos como a una quinceañera, a un señor de pelo blanco a la izquierda que a cada rato le contaba una anécdota al que sería su hijo, un tipo bastante más mayor que yo; por no hablar de la rubia pálida veinteañera con chaleco de lana de siete colores que silbaba atronándome a cada final de canción. Fue toda una experiencia.

He querido ir a un concierto suyo desde que les birlé a mis padres un viejo cassete en cuya portada estaba pintado el retrato de un tipo a lo Matisse y que escuché en mi primer walkman sonny.

Ya lo tengo en mi currículum.

Un lunes, después de una pinta, fui a ver a Bob Dylan.

A un genio que ahora ladra.

I was in a big gig last monday. Bob Dylan and Mark Knopfler. I was a bit disappointed because he didn´t sing "the times they are A-changin" one of my favourites songs ever. At least he went for "like a rolling stone". It was in Apollo Hammersmith, so, when it finished I have just walk 10 minutes to reach home. It was cool see Bob Dylan only 10 minutes far from our home. And now I can put it in my CV. I was in a Bob Dylan gig!!!!

1 comentario:

Marta Comesaña dijo...

En serio, qué coraje que no escribas más a menudo, todo el tiempo... :)