martes, 29 de octubre de 2013

"Los Malaquías", de Andréa del Fuego




"Hay novelas que nacen de los recuerdos, de las entrañas, a veces de un sistematismo lógico, nacen del dolor, del amor, de la imaginación, de la rabia, de la observación y hasta del aburrimiento. Hay novelas que se cuecen, otras se paren y la mayoría simplemente se construyen.
Sé lo sumamente complejo y el reto que supone contra uno mismo eso de sentarse y “hacer” una novela. Eso lo sé porque escribo. Y como escritor todo el que acomoda sus posaderas para tirarse horas mimando su soledad con palabras que se hilan en ese eterno atardecer en el que consiste narrar otros mundos, simétricos, contradictorios, semejantes, remotos, históricos, virtuales o imaginarios, me merece un grado de respeto, aprecio y por qué no, de camaradería
Como lector es harina de otro costal. A la hora de acometer la lectura de una novela, ya sea de esas que utilizas para que el cerebro se tome un descanso o de las que digieres con la intención de paladear cada una de sus frases como si de un whisky Glenfiddich del 55 se tratase, trago a trago, siempre de una manera u otra, más o menos conscientemente la misma pregunta me ronda: ¿Qué carajo quiere el autor hacer conmigo?..."
Así empieza mi primera y la que espero sea una muy fructífera colaboración con la nueva revista digital de reseñas literarias "Vísperas". Si quieres seguir leyendo, pincha aquí. 

1 comentario:

Manuel dijo...

Muy currado, Calvanki. Te ha quedado de 10. Me ha encantado.
Felicitaciones