jueves, 28 de octubre de 2010

Un hombre sin pasado.




Caminando por Helsinki y siendo sorprendido por la cantidad de restaruantes de tapas y españolidad que fui viendo por allí, desde una pegatina de un Toro Osborne en un reloj callejero hasta una furgoneta en la que literalmente podías leer serigrafiado "El naturalista, caminar por la vida" -cuál era el negocio de esa furgoneta, ni puta idea, pero el slogan estaba escrita en perfecto castellano-, pues pensé hacer una entrada posteando todas esas foto que fui recolectando con cualquier cosa que tuviera que ver con lo ibérico.

Pero ya subi una entrada con muchas fotos y pasando, vaya. Así que he cambiado de opinión. Y esta va a ser otra entrada. La entrada de "un hombre sin pasado"


"Un hombre sin pasado"
es una película de Aki Kaurismaki que vi en el Festival de Cine Europeo de Sevilla cuando disfrutaba como un enano viendo cuatro o cinco movies al día.

La película está bien y es curioso como retrata a la sociedad Finlandesa, sociedad que he tenido la oportunidad tangencialmente de conocer. Digo tangencial porque con el único especimen autóctono con el que tomé contacto está casado con una gallega de nombre Ruth, fue un rasta, hacía surf y habla perfectamente castellano. Así que aunque cien por cien finlandés, me da a mi que el amigo es casi ya más español. Por cierto, Ruth tiene un blog, y he de decir que fue una tarde muy simpática la que compartimos con ellos en el Bar 9, cenando luego en el Rafia y culminándola luego con vodkas en un tugurio Heavy donde sonó un par de veces Bon Jovi (puajjjjj).

Lo que quería comentar es lo jodidamente parecido que me resultó la sociedad finalndesa y los finlandeses a las películas de los Kaurismaki (vamos, a las dos o tres que he visto de ellos). Yo siempre estas cosas las achaco a lo que podríamos llamar el "defecto lente" que no es lo mismo que "el síndrome de los cristales estresados" (esto último, lo siento, es un chiste privado entre el Dani y yo). El defecto lente lo voy a explicar con Almodóvar. Cualquier notas extrangero que vea una peli de Almodovar podría concluir si se pasase una semanita en Madrid, que los españoles estamos muy bien retratados en sus historias. Cosa a la que yo me opongo diametralmente. Lo mismo de Amodeo o Rodriguez con la sociedad Andaluza (si eso existe). Es porque esos extranjeros/turistas ven la realidad con una lente, la lente del foráneo que solo pasa una semana inmerso en una cultura nueva y que encima tiene como referencia clichés provenientes de cine. Esa lente, obviamente, está deformada y solo apura/apunta la superficie de la realidad. Así mismo me sentí yo, dando voltios por la capital de imperio del frío, porque los finlandeses con su quietud, sus caras cuadradas, su pelo medio largo y medio rubio, sus sonrisas tímidas, y toda su inquietante contención me resultaban peculiarmente familiares gracias a las pelis de Mika y Aki (Kaurismaki). Pero fijo que Finlandia es mucho más. Como ese matrimonio entre una Gallega que diseña joyas y un finlandés que ya no tiene olas que montar.

Por otra parte Helsinki me ha hechizado e intriago a la par. Desde el diseño que rezuma en todas partes a la "Casa Filandia" de Alvar Aalto que de noche, iluminada y a lo lejos, parece ser una construcción algodonada, sin esquinas ni lineas rectas y que a plena luz del día se transforma en una muralla blanca de polígonos regulares. Magia y lírica a la par. Así como los cientos de peluquerías que jalonan cada calle, todas con su propia personalidad y estilo. Si en Finlandia dicen que hay una sauna por persona, me atrevo a apostar que hay una peluquería por casa. Y no quiero ni contar la extravancia de los finlandeses/as con los pelados, que ni aquí en Londres vaya. El idioma, tan extraño y ajeno, los tranvías, pisar las hojas caídas porque es otoño y existen las estaciones, el suburbio de Kalio y aquel garito con el colgado que nos confesaba que su mujer era demasiado masculina, el complejo Andorra donde jugué unos billares y el Finlandia, un vodka muy digestivo, del que me traje una botella para degustar mis recuerdos.

Un sitio en el que me apetecería vivir si no se pasasen medio año bajo cero.

Y bueno, como este post empezó con la amputada intención de colgar fotos sobre España en Helsinki, he allí -al principio- la que yo creo más graciosa de todas las que hice.

Plantados, Sancho Panza y el "Ingenioso hidalgo Don Qujiote" sin yelmo de Mambrino, en medio de una libreria finlandesa. Porque como en la película "Un hombre sin pasado" el Quijote renunció al suyo, para aventurarse en el desasosiego de su locura, el Quijote también es un hombre sin pasado, lo cercena para vivir sus sueños, un sueño revestido de espejismo y anacronicidad (¿existe esta palabra?). Porque al final da igual, Helsinki, Madrid, Sevilla o Pekín, al final hay arquetipos que siempre se repiten.

Yo, claro está, caminando por Helsinki, daba mucho más la talla del Sancho (sobre todo por las palizas que me di a comer carne de Reno y salchichas de Alce)

7 comentarios:

Dani dijo...

Todo eso cabe en Helsinki, y un día plomizo y con lluvia como hoy, también.

De nuevo muchas gracias por los días que has estado por aquí, en serio, y muchas muchas gracias por el postdata en forma de paquete que llegó ayer a Tähtitorninkatu.

clemente dijo...

Lo siento pero me tienes que aguantar tambien aquí. He puesto tu blog en favorito y ahora ya le doy un repaso todos los dias, por lo menos 2 veces.

Por los comentarios doy fe de que has estado allí. Lo de las peluquerias es alucinante, cada 3 ó 4 casa hay una, lo del toro de Osborne en reloj, lo de D. Quijote y Sancho en la libreria, pero hay una cosa de la que no hablas, ¿ es que no te han llevado al mercado a comer sopas ?.Supongo que sí, porque si no te han llevado no tienen perdón.

Un abrazo y cuidate.

Anónimo dijo...

Qué buena entrada! me ha encantado.

Oye, tantas peluquerías hay? y tanto bar de tapas? alomejor no es tan complicado como creo encontrar alli trabajo de eso? uy que voy a poder poner a Finlandia en mi lista de posible pais para vivir! :)

El naturalista es una marca de zapatos, supuestamente ecológicos, o verdaderamente, no sé. Son zapatos tipo camper, cómodos y algo brutotes pero con su diseño.

Creo ehh...

Bueno, cuenta más!! :)

Calvanki dijo...

Dani, un placer

Clemente, bienvenido!!! Y claro que me llevaron, además pedimos la de pescado, que estaba que te cagas y con esa cosa verde para untar el pan!!!

Montse, el ciclo nórdico creo que se va a acabar aquí,jajajaj, sorry

ruth dijo...

Eres un genio!!!
Bicos
y... gracias por la entrada (por lo que me toca :))

Anónimo dijo...

Te perdono el hecho de desconocer El Naturalista. Al fin y al cabo no todo el mundo es pareja de una maniática de esa marca jeje

Envidia sana de que hayas conocido a Aalto tan cerquita...yo solo lo vi en los libros. Y tambien envidia de que andes por un nórdico que me falta. Tengo apuntado ir a ver una boreal, aalto, los lagos, los bosques y todas las cosas que Marta nos pone en helpsinki!!

y bueno tio..más palante, con menos frío, no dejes de ir a Noruega y Suecia...y patear sus bosques. Gracias por las entradas...como siempre!!.
Maxi.

Calvanki dijo...

Ruht, jajajaj, gracias por el piropo.

Maxi, hijo mío, totalmente desconocida para mí, quizás me tenga que echar yo novia también adicta a sus zapatos.

Ve que lo fliparás. Y lo de Noruega y Suecia cuando me hagas de cicerone.

Gracias a ti por leer. Abrazos!!!