viernes, 25 de enero de 2013

Viajes con Herodoto




Hubo un tiempo donde dar la vuelta a la esquina de casa, abrir la puerta del garaje con el mandito a distancia, encender la radio, meter primera y salir con el coche era el pan nuestro de cada día. Entonces hice un cálculo, a una media de 100 minutos al día en el coche por motivos laborales, por cinco días a la semana -sin contar los dos del fin de semana, porque en fin de semana se coge el coche de otra manera-, por cuarenta y ocho semanas al año -son cincuenta y dos, pero descontaba cuatro porque en vacaciones el coche se coge de otra manera- me daba la escalofriante cifra de 24000 minutos, es decir, 400 horas.
Normalmente mi capacidad lectora alcanza unas treinta, treinta y cinco páginas hora, haciendo una media de quinientas páginas por libro, resulta que en esas cuatrocientas horas que me pasaba al volante podría haber leído unos 28 libros, cada año...

Si quieres leer mi declaración de amor al transporte público y al sexy metro de Londres, pincha aquí para leerlo en Guadaíra Información.

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