miércoles, 3 de diciembre de 2008

En Harrods me perdí y un armario me dejó confundido (joderos que la comprensión llega al final)




De vuelta de un itinerary por el centro me dije... Oh... si ahí está la parada del "puente de los caballeros", es decir, Knightsbridge, ¿no era ahí dónde estaba Harrods? Ese monumental edificio dedicado al consumismo más atroz. Pos si... ahí estaba, y ahí que fui yo.

Tiene, además del almacén, un banco, una linea aérea y creo que hasta una inmobiliaria y por ahí leí que la superficie, contando las cinco plantas, es de unos 20.000 metros cuadrados. Son tan pijos que hasta poseen un lema: Omnia Omnibus Ubique "Todo para todo el mundo en todas partes". Ese lema no se lo creen ni ellos... sobre todo el principio "todo para todo el mundo", no sería más adecuado "todo para todo el que lo pueda pagar en todas partes" (ya en latín va a ser dificil esta decalcomanía, Borre, tú puedes hacerlo?)

Empezó con un tipo que negociaba con tés, un tal Charles Henry Harrod, y como el tipo sabía de cuentas y números pero de originalidad iba corto pues hizo como todo buen hijo de vecino en cuanto a nuevos capitalistas se refiere, los bautizó con su nombre -desde luego así su apellido ha pasado a la posteridad-. Hemos de decir como dato anecdótico que posee unas lineas subterraneas propias que conectan el establecimiento propiamente dicho con unos almacenes a través de un "underground". Otra anécdota, ésta sangrienta, es que los del IRA pues intentaron echarlo abajo sin suerte en tres ocasiones... como no, se llevaron a gente por delante y por desgracia a ninguno de ellos.

Como todos sabéis el papi del que murió con Diana de Gales es el dueño, lo compró por unas 600 millones de libras y nada, supongo que ya le habrá sacado rédito... porque hoy era miercoles, estamos en crisis, y por allí ni se podía caminar.

En mi garbeo me han llamado muchas cosas la atención.

Primero, está claro que el Corte Inglés se fijo en su estilo, no cabe duda. Después, todos los dependientes son english english (suma contradicción siendo un egipicio su dueño) aunque eso si... hay seguratas por un tubo que son más o menos todos negros del calibre: armario empotradísimo. Aunque pude ver a un lechoso también de segurata, pero fijáos, este llevaba en la gorra un borlín rojo. Como es blanco y fui el unico que vi con ese distintivo me lleva a pensar que debía ser como un jefe de seguratas. Como no, debido al racismo latente en estos almacenes, era perfectamente ario. No es que esté más a favor del Primark -la tienda más barata de ropa jamás pisada por mis pies- donde me puede atender una canija keniata en burka, o un tipo con turbante y ese perenne olor a curry o un chino mezclado con samoano y de abuelos irlandeses; no... pero qué sé yo... me jode tanta unicidad étnica en Londres y en un sitio tan grande.

Evidentemente no me lo recorrí entero, eso sí, subi las cinco plantas. Fui a las cocinas (recordando viejos tiempos) y pude ver lo que dentro de poco llegará a España. Las tendencias estéticas siguen siendo las mismas, lineas rectas y muebles altos de poca altura valga la redundancia... pero la hight tecnology de la apertura de los cajones y caceroleros es lo nunca visto. Tocas con un dedo y se abren. Ojo, es exacto: no pulsas, tocas (casi rozas, diferencia sustantiva). No tenian ni precio puesto.

Luego vi una LCD de 70 pulgadas (si, dije setenta, creo que Samsung) en la que ponían esa maravilla de la Pixar que es Ratatuille (parece que fue ayer cuando el staff de CineClub fue a verla a los Alcores si no recuerdo mal).

Otra cosa que llamo poderosísimamente mi atención y mis pulsiones de pijo gentleman fue un espacio como una planta entera del Corte Inglés dedicada a bolis y estilográficas. De las que observé ninguna bajaba de ochenta libras y hasta exponían un par de ellas guarnecidas en un féretro de cristal de seguridad a prueba de bombas atómicas (aquí se metereía Al-Fayed si se produjera una hecatombe nuclear, fijo) que tenían una etiquetita muy mona que más o menos te decían: preguntar precio al dependiente. Osea, que si las había de 3000 libras, esas ¿cuanto carajo costaban? Pero en realidad lo más acojonante era la variedad y por qué no decirlo, haberlas hailas mu bonitas. Por esa zona más o menos vi otra de mis pasiones de pijillo: ajedreces. Los había, como no, superfeos y superbonitos. El mejor: uno labrado en piedra, de figuras cuneiformes, sencillo, discreto, elegante, sin brillo, de aproximadamente medio metro por medio metro (unas 850 libritas... un jaque mate muy caro ciertamente)

Me tomé por la cara un Nesspreso en una de esas gilipolleces publicitarias que ponen de vez en cuando donde se creen que van a vender maquinas de hacer café a 500 libras porque una tia buenorra te invite a uno. Yo, por si acaso, no llevaba la cartera, porque encima la titi me empezó a dar palique y tenía una voz como de pantera de terciopelo; para más inri me sacaba una cabeza, mulata, pelo rizado, ojos verdes y unos labios de esos que no sabes si son para comer o para que los comas (vamos, la tipica titi en minishorts que sale acariciando al hortera rapero de moda mientras vomita sus líricos eruptos, pero ésta con el plus añadido de que iba vestida muy elegantemente... ah... y su voz... que voz dios mío). Me tomé el cafe que estaba relativamente bueno y digo relativamente porque comparado con las mierdas que he bebido por akí eran un manjar de Dioses y me piré rápido que ya me veía mendigando en la puerta junto a un grupo de acordeoncistas que tocaban villancicos pa sali de allí con la cafetera de 500 libras bajo el brazo.

Las escaleras mecánicas son pocas y muy estrechas, la decoración es entre art-novo y hortera, la música cambia por zonas, pero más o menos todo en plan Sinatra (también es que estamos en las postrimerias de la navidad claro, no pega que pongan Prodigy), ningun dependiente/a está gordo, se ven a turistas como yo -incluso hacen fotos- eso le da un toke subreal (os imaginais a alguien en el Corte Inglés haciendo fotos, que pena que no llevase encima la cámara, pero todo se andará) y son esquisítamente amables, con todos, incluso con un psudoarmenio como yo. Cómo no, monté el numerito pa salir. Adolece el almacencito de una falta incongruente de carteles señalizadores, como si todo el mundo tuviera que haber nacido con un plano de Harrods inserto en su cabeza, aunque quizás sea una de tantas estrategias de venta, porque yo entré y a la media hora quería salir y sali finalmente media hora después; es decir, Harrods me ganó media hora ( es muy British eso de que en sus sitios autóctonos no te señalicen bien, es como si fuera tu obligación "aprendértelos"). Así que pregunté a un armario empotradísimo de esos con cara de simpatía forzada -a ese tipo por la noche le hago la misma pregunta en mi inglés y me responde con dos galletas a mano abierta- y con un chascarrido me sañalizó amablemente que a la vuelta de la esquina había una salida y que acababa de pasar por allí sin que yo me diera cuenta. Es eso lo que me confundió. Su respuesta implica que el tipo se fijó en mi y espero POR DIOS que fuera porque aparento ser armenio y este tipo piense que todos los armenios son terroristas y no porque mi languida figura y mis barbitas le pusieran cachondo.

Conseguí salir por una puerta que estaba justo al ladito de una abertura del "puente de los caballeros" (también hay suerte de vez en cuando) así que me metí en la Picadilly Line pa mi casita en South Ealing donde me las apaño mucho mejor en los ultramarinos Indios.

Momento nostálgico... me acordé de mi tia Mari Carmen, mi gran Vallisoletana que ama estos almacenes porque si es verdad que en ellos vives una especie de simulacro de felicidad (que se agota cuando te acuerdas del saldo de tu cuenta)

Esto de aquí abajo es la dirección de la artista que me ha dejado sin su permiso el cuadro para que viérais Harrods. Se llama Patricia Clements y merece la pena la visitita.

http://www.patriciaclementsart.com/


Saludos

4 comentarios:

Manuel Bernal dijo...

Salut, no sabes qué bien me lo paso leyéndote.. me descojono.

No he podido evitarlo: Aquel lema de esos estirados del laberinto que es el Harrod quedaría algo así como: 'Omnium Pecuniosus Ubique' o aún: 'Omnium Opulentus Ubique' (quizá debería haber utilizado letra cursiva, itálica, para una frase latina, pero itálica también es Santiponce, y allí se estila más la simple comilla). Me comprendes, ¿verdad?

Yo fui a ver Ratatuille con vosotros? o fue un sueño? Mi memoria es la de Nemo..

Está bien que imponga respeto tu corte checheno, digo.. armenio, jajaj, de algún modo te protege.

Vaya pedazo de pinturas las de la Patri, no? No veas cómo pinta la pava!

See you soon!

Calvanki dijo...

Hombre muchas gracias por el translate al latín.

Y por supuesto claro que te comprendo (coco, quizás sea de los únicos,jajajajajaj)

Puede que vinieras a verla con nosotros, era por Semana Santa, así que es muy probable... pero claro, yo también tengo la memoria algo jodida.

Y espero que la Patri ésta, sea quien sea, le mole que te gusten sus draw...jajajaj

Manuel Bernal dijo...

Bueno, la Patri es Patricia Clement..

Calvanki dijo...

Si señor... la pintora (con que Patri creías que se iba a confundir, eh, julandrón)